Jornada rompepiernas la que he pasado en este domingo 9 de septiembre, algo nublado pero caluroso y húmedo.
Han sido en total mas de 70 km los recorridos entre la ruta y demás. No son tanto los kilómetros recorridos como el perfil de los últimos kilómetros en subida continua hasta Medina Sidonia. Una auténtica paliza! Que me ha dejado ko!! No siento las piernas!
Algunas
partes del itinerario tienen el firme en mal estado. En época de lluvias hay
zonas impracticables: los vados del Zurraque y Salado, la zona cercana a la
carretera Chiclana – Medina, la subida al cerro Gorrión. Es un poco
rompepiernas como se ve en el perfil.
Recorrido
por la primera parte del Corredor Verde Dos Bahías, proyectada para unir la
bahía de Cádiz y la de Algeciras. La primera parte, entre pinares es preciosa,
con el añadido de poder pedalear por un carril-bici. A partir del vado del arroyo
Zurraque, la vegetación es de matorral, aunque la zona es de una bella soledad.
Las vistas desde el alto del Gorrión son espléndidas y, en general, la visión
de Medina Sidonia al fondo durante gran parte del camino es magnífica. Si lo
hacemos de vuelta, las vistas serán de la bahía de Cádiz.
El
recorrido comienza en la entrada al hospital de Puerto Real, que se encuentra a
pocos kilómetros de esta localidad en dirección a San Fernando. Al lado de la
entrada del hospital, tenemos una venta y el inicio de una pista asfaltada de
acceso a urgencias (K. 0).
Pedaleamos
por ella o por su margen de tierra unos 200 metros, hasta un cruce en el que el
asfalto se desvía a la izquierda hacia Urgencias y se inicia casi de frente una
pista de tierra. Podemos ver el cartel de la Junta de Andalucía anunciando el
Corredor Verde Dos Bahías. Se trata de la cañada de Puerto Real a Medina,
precioso camino por el que pedaleamos entre pinos y matorral, sin desviarnos en
los caminos que surgen a ambos lados. Especialmente cuidado con un cruce de
cañadas a 800 metros en el que nos podemos confundir, sobre todo de vuelta.
Incluso existe durante varios kilómetros un carril-bici en la parte izquierda,
aunque bastante deteriorado ya por las lluvias. Al conservarse el amplio ancho
de la cañada, los caminos son múltiples, pero por todos nos dirigimos al mismo
sitio. Llegamos a la Encrucijada del Flamenco, con otro cartel de la Junta (K.
3,7).
Hacia
la izquierda, llegaríamos a la carretera Puerto Real–Medina; recto, hacia el
cortijo del Guerra (por donde vendremos). Nosotros continuamos por la derecha,
también podemos por el carril-bici, entre árboles durante algo más de un
kilómetro. Se acaba el carril-bici y se acaban los árboles. En una bifurcación
cogemos el camino más amplio de la izquierda. Llegamos a una pista asfaltada
(K.4,9).
Giramos
por ella hacia la izquierda, en bajada, durante un kilómetro, hasta que gira
bruscamente a la derecha para unirse a otra carretera con más circulación (K.
5,9).
Nosotros
salimos de la pista asfaltada en la curva y seguimos recto un poco menos de un
kilómetro por un sendero entre árboles, por el margen de la otra carretera
hasta que desemboca en un ancho camino (K. 6,8).
Giramos
a la izquierda por esta amplia pista. Se trata de la Cañada de San Fernando a
Medina. Vamos acompañados todavía de pinares durante algo más de dos kilómetros
hasta llegar al vado del arroyo Zurraque (K.9,2).
Lo
pasamos como se pueda, y tras una breve subida y bajada tenemos que vadear otro
vez el arroyo (K.10,1).
Esta
zona es de difícil tránsito en época de lluvias. Seguimos en suave subida hasta
una encrucijada de caminos (K.10,5).
Hay
que coger el que existe tirando un poco hacia la izquierda, pero siguiendo la
misma dirección que traíamos. No hay que coger el que se dirige un poco hacia
la derecha en bajada, aunque también es otra alternativa al Corredor, ni otro a
la izquierda (que tomaremos a la vuelta). El que tenemos que coger lo hace en
ascenso, a través de cuestas breves pero algo duras, con alguna bajada, con
muchas zonas encharcadas en época de lluvias, hasta culminar, tras unos cuatro
kilómetros, y sin desviarnos en ningún cruce, en el Cerro Gorrión.
(K.14,5).
En
el alto hay un camino a la izquierda que no cogemos. En este lugar, tenemos
unas magníficas vistas con Medina Sidonia al fondo hacia la izquierda y la
cantera del Berrueco abajo a nuestra derecha. Después de un merecido descanso,
bajamos por la empinada cuesta durante más de un kilómetro hasta el cruce del
Berrueco (K. 16).
Nos
desviamos hacia la izquierda, dejando la cantera a la derecha (cuidado con este
cruce a la vuelta), y por ahí continuamos, pasando cerca de unas casas, hasta
bajar después de poco más de un kilómetro, al vado del arroyo Salado, ahora
arreglado y fácil de pasar (K. 17,1).
Llegamos,
tras varias pequeñas subidas, a un alto en el que el camino se ensancha, y
tenemos una magnífica vista de Medina a nuestro frente (K.20,4).
Ya
en bajada, llegamos a un cruce con el Camino de Chiclana, muy embarrado en
época de lluvias. Nosotros seguimos de frente (K.21).
A
unos 2 kilómetros llegamos a la carretera Chiclana-Medina (A-390), a la que
debemos acceder brevemente por un puentecillo para evitar un arroyo pestilente.
Esta parte se pone intransitable en época de lluvias (K. 23).
Seguimos
por el camino junto a la carretera poco más de un kilómetro hasta la rotonda y
el ventorrillo del Carbón. Ahora está en obras y es mejor ir por la carretera
(K.24).
Después
de reponer fuerzas en el Ventorrillo, regresamos por el mismo camino hasta la
encrucijada del K.10,5. El único despiste a la vuelta puede ser en el cruce del
Berrueco, en que hay que desviarse a la derecha en subida (K.37,5).
En
la encrucijada del K.10,5, giramos a la derecha, como indican unos carteles de
la Junta. Enseguida vemos la verja de una finca, pero podemos continuar por su
izquierda. Por este camino llegamos a una pista en mejor estado (K.41).
Giramos
a la derecha y entramos en la zona del cortijo de Guerra, con una especie de
plaza, donde torcemos a la izquierda y cogemos la salida del cortijo, en
bajada. Vemos un desvío a la izquierda, justo antes de una subida (K.41,7).
Cogemos
por esta cañada, siguiendo las torres de electricidad. Se rodea de vegetación y
transcurre por pinares hasta que se abre en un descansadero de cañadas
(K.45,5).
Tiramos
recto respecto a la dirección que traíamos. El camino se pone en mejor estado y
por él llegamos, entre pinares, hasta la encrucijada del Flamenco, donde ya
estuvimos en el K.3,7 (K.47,7).
Por
el mismo camino, recto, regresamos hasta el Hospital (K.51,5).